2010-03-02

Nuestra Habitación

El momento en que te marchaste era una cálida y maravillosa tarde de verano. Me prometiste rosas que se llevarían el dolor y curarían la soledad, asique abrí la puerta, deje que el sol, con toda su gracia, limpiase el polvo de la habitación, y con esa delicada luz pude ver los restos de todo lo que fuimos tirados en el suelo… y nuestra foto, rota, que aterrizo justo cuando te marchaste de un portazo.

He cambiado el cristal y la he vuelto a colgar para intentar recordar un tiempo en el que un beso podía curar cualquier discusión. Echaré de menos el mundo en el que vivíamos, incluso el dolor que sin querer nos causábamos, mi amor. Incluso encontré cada pieza del jarrón de porcelana que rompimos en una pelea, y las he vuelto a unir en un pequeño homenaje a la perfección que pensábamos que éramos…

A mi alrededor, lo único que encuentro es la habitación que compartimos, durante tanto tiempo, todo lo bueno y todo lo malo; y aunque te marchaste con la mitad de nuestras vidas creo que aún me quedan suficientes recuerdos para no olvidarte.

Todavía conservo la llave con tu nombre, la llevo en una cadena atada al cuello, cerca del corazón, así cuando me doy cuenta de que aun está ahí, no me siento tan alejada de ti y me hace recordar…

Tengo que usarla para cerrar la habitación, espero que lo comprendas, pero… aun asi, espero que algún dia vengas a visitarme… Seguramente, te abriré.


(queria pedir perdon por no haber actualizado mucho el blog ultimamente, pero hay momentos en nuestras vidas en los que hay gente que requiere mucho mas de nuestra atencion... intentare sacar mas tiempo para esto)

3 Mordiscos:

Patricia Nájera dijo...

jo, me gusta muchisimo. Muchas veces los objetos se convierten en sentimientos. Me gusta esa sensación.

Axel Flo dijo...

genial el texto me ha gustado^^

Tempi dijo...

Tranquila por la ausencia, lo importante es que vuelvas y nos hagas disfrutar con tus escritos tanto como con este.

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